Me hubiera encantado nacer mujer.
Bueno, excepto por la regla.
Vale, y también sería una mierda que te cuestionaran sospechosamente en una entrevista de trabajo tan sólo por si me pudiera llegar a quedar embarazada. O que me consideraran y pagaran menos que a mis compañeros por exactamente el mismo trabajo. O tener constantemente la espada de Damocles sobre mí, para estar por debajo de la talla 40. O que me acosaran mis jefes al mismo tiempo que la sociedad me bombardease con mensajes incoherentes (“si no te acuestas con hombres, eres una zorra” + “si te acuestas con hombres cuando te apetece, eres más zorra aún”).
O tener menos derechos que los hombres, incluso ser posesión de los hombres en muchos países por razones religiosas o culturales. O incluso no poder disfrutar del sexo en mi vida porque a alguien se le ocurrió que eso sería mucho mejor para MÍ.
Sí, ser una mujer en 2014 es una maravilla. Resulta obvio que aún no hemos progresado lo suficiente, y que debemos hacer el esfuerzo por crecer todo lo posible en este sentido.
Es por ello que hoy llevo puesta esta camiseta que me encanta, con el título (¿Acaso no soy yo una mujer?) del discurso más famoso de la feminista afroamericana Sojourner Truth.
Musicalmente, no creo que haya canción mejor que las Four Women de Nina Simone para ilustrarlo.
Mujeres, sois increíbles. Merecéis todo nuestro respeto y apoyo. Contad conmigo.